jueves, 14 de abril de 2011

Enfrascados en la Tecnología

Hoy día hacemos pleno uso de la tecnología actual para poder hacer nuestra rutina mientras esta nos ayuda considerablemente a hacerla más fácil.
Usamos iluminación artificial, notebooks, laptops, impresoras, equipos de interconexión de redes, coches, trenes, tarjetas de crédito, móviles, PDAs, baterías, mandos a distancia, electrodomésticos, ascensores… todo forma parte de un uso natural y completamente establecido hoy día como un hecho de que todo esto facilita las cosas.


De hecho sí, las facilita... hasta que fallan.

Es un hecho de que cada vez tenemos más dependencia en todo lo que sea mecánico o electrónico. Como todo, hay tecnologías que puedes pasar sin ellas durante unos días, como por ejemplo un móvil, un mando a distancia, un televisor… pero cuando algo más grande quebra nos llevamos con terror las manos a la cabeza. Y ayer tuve la prueba innegable de que el hombre no sólo se desespera, sino que en la propia desesperación hace actos absurdos.

A partir de las 18:00h São Paulo entra en la denominada “hora de pico”, la gente sale de trabajar y van a sus respectivas casas o a estudiar en la universidad privada de turno. Esta ciudad resulta que tiene 11 millones de habitantes y, en mi humilde opinión, el servicio establecido de tren, metro y autobús es muy mejorable dada la inmensa cantidad de personas que viajan diariamente aquí y el elevado precio del coste por viaje.

Además hay una característica importante, aquí casi todos los días llueve, aunque parece que ayer algún dios nórdico estaba descontento y cayó la de idem, con flashes naturales incluidos. A eso que me encontraba yo a la vuelta del trabajo en la estación de tren en la que creo hay más tránsito de personas en todo São Paulo. Estación Santo Amaro. En ella hay un acceso a metro para donde trabaja mi mujer, ayer fui para recogerla y me encontré con una de las peores situaciones.

Había muchísima mas gente de lo normal en el paso de barreras y se escuchaba a mucha gente gritando, ahí comencé a imaginar lo que pasó, sí, justito lo que pensaba, el metro estaba parado y SIN PREVISIÓN PARA EL RETORNO DEL SERVICIO.

Total que São Paulo es una de las ciudades en las que más llueve del mundo y el metro para porque cae la de dios… ya se lió el berenjenal.

En el local no cabía ni un alfiler, más y más gente llegaba y los policías decían que no se podía pasar, que no había previsión para el arreglo… total si algo he aprendido de este país es que cuando dicen eso la verdadera intención que la gente se pire tras esa “grave noticia”, así que me mantuve ahí esperando.

La gente aún estaba medio calmada… hasta que vieron pasar dos trenes por las vías, se pueden ver perfectamente desde fuera de la estación. Entonces la gente comenzó a pensar que era una mentira todo (efecto dominó) y se armó gorda.

Más y más gente llegaba y la masa ya era gigante, la gente se comenzó a impacientar y empezó a empujar desde detrás… lo que causó un barullo semejante al comienzo de un concierto de Iron Maiden, pero sin música. Ruido ensordecedor de gente apelotonada, gente medio aplastada, policías gritando… un caos.

Recibo una llamada de mi mujer y le digo toda la situación, tras varias llamadas al final el servicio volvió a funcionar (tras una hora que me pareció una eternidad).

A lo que quiero llegar, la gente no quiere alternativas, solo quiere lo que está establecido en su rutina y si no, se impacienta, se enfada e incluso llega a cometer locuras. Existen otras posibilidades para acceder al destino deseado: por ejemplo el autobús, que aunque deficiente y tardío por lo menos llegas si es que tienes algo de prisa y ves que el servicio de tren no funciona.

Siendo esto así a mi también me ocurre, aunque soy una persona pacífica y no dejo que afecte a otra persona si no es a mí mismo, y si así fuere no sobrepasa los comentarios de “madre mia otra vez, menudo coñazo” y otras quejas de menor índole.

Que conste que yo toda esa tecnología diariamente, y me gusta de hecho, si no ni habría abierto este blog. Aunque a veces hay que dar un respiro eso es cierto.

Conclusión final: La masa enfurecida no razona, y si está envuelto el problema en algo que no entienden y no se les da explicaciones claras, se lió. Hay que valorar lo que es “útil” y lo que es “imprescindible”.

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